"Apreciados amigos y amigas,
Muchos de ustedes me han escrito estos días manifestando su preocupación por lo que está ocurriendo en Sucre. Agradezco muy sinceramente su interés, solidaridad y sobre todo las voces de ánimo que nos hacen llegar.
Ciertamente estamos viviendo momentos de mucha confusión. Este fin de semana hubo mucha violencia en Sucre. Como resultado de los enfrentamientos hubo tres estudiantes muertos y cerca de un centenar de heridos, de los cuales por lo menos cuatro siguen en la U.C.I. del Hospital. La gente incendió los cuarteles de la policía, el cuartel de transito, los bomberos e incluso alguna casa particular. La policía, con la intención de frenar la tensión, abandonó la ciudad, dejándola librada a su suerte, con un centenar de hambrientos convictos, que se fugaron de la cárcel. Por otra parte, la primera autoridad y prefectural se encuentra escondida, sin atreverse a dar la cara. Es así, que Sucre se ha convertido en una ciudad sin policía y sin autoridad.
Pasados los trágicos momentos del fin de semana, ahora la población trata de retornar a la calma. Desde el lunes los vecinos se organizaron para limpiar las calles y resguardar la seguridad ciudadana. Siempre he admirado la solidaridad y capacidad de organización de los bolivianos. Son sin duda estas cualidades, las que les han permitido surgir una y otra vez de las cenizas.
Pero ¿qué hay detrás de todo esta violencia? Según nuestro análisis, lo de Sucre ha sido una batalla más, orquestada por la oposición, para evitar el avance de la nueva constitución. El Gobierno necesita la nueva constitución, para dar legalidad a los cambios económicos y sociales que quiere implementar. Pero existe un sector conservador y con mucho poder, que no esta dispuesto a permitir ningún cambio. Esta lucha ha durado todo el año y zancadilla tras zancadilla han ido frenando la elaboración de la nueva constitución. Desde septiembre los constituyentes no podían sesionar, porque todo el tiempo eran objeto de ocupaciones, atropellos e incluso agresiones físicas. Finalmente el Gobierno decidió garantizar las reuniones y puso a disposición de los asambleístas, unas instalaciones al interior de un liceo militar, que se encuentra a las afueras de Sucre. En apoyo de esta iniciativa acudieron un gran número de indígenas, que se apostaron silenciosamente en las afueras del recinto.
La oposición utilizó el argumento de los indígenas y de la reunión en un recinto militar, para lanzar a la población a tomar las instalaciones militares. Lógicamente no pudieron llegar hasta el recinto, porque se lo impidió la policía, pero los constituyentes que se reunieron, que eran algo más de la mitad, se sintieron obligados a sesionar bajo la presión de los enfrentamientos. Finalmente, el domingo por la noche, los constituyentes lograron aprobar el marco de la nueva constitución, que la oposición ahora rechaza, por las condiciones en que fue elaborada.
La realidad es que hemos llegado en Bolivia a una situación de intolerancia muy grave. Una prueba de esta intolerancia la hemos vivido nosotros mismos. El domingo recibí la llamada de un informante, que me avisaba de que la turba estaba viniendo a quemar la Radio de ACLO. Afortunadamente pudimos para el golpe y no ocurrió nada. Pero hoy hemos aparecido en una lista pública como enemigos de la ciudad. La lista ha sido elaborada por el sector más ultraderechista del comité cívico, que no permite que haya gente que piense diferente a ellos. Un periodista de ACLO ha sido golpeado en la calle y dos más están amenazados de muerte. Estos son las tácticas que utilizan aquellos que acusan de antidemocrático al gobierno de Evo Morales y reclaman legalidad, libertad de expresión, etc.
La oposición utiliza muy bien los medios de comunicación para sus propósitos y son pocos medios los que no aceptan apoyar su discurso, porque son declarados enemigos, amenazados, etc. De esta manera la oposición puede difundir continuamente una información manipulada, cuyo mensaje, muchas veces racista, va preparando las condiciones para el enfrentamiento y el rechazo a Evo Morales, a quien llaman despectivamente, cocalero, macaco, indio de mierda o Lacayo de Chavez.
Su intención es ahora lograr la renuncia de Evo, pero, por lo que yo conozco del modo de ser aymará, esta renuncia no se dará, porque el concepto no existe entre los aymaras. Cuando un aymará acepta un cargo al servicio de la comunidad, lo acepta hasta las últimas consecuencias, incluyendo la entrega de su propia vida. La otra alternativa sería aplicar el referéndum para la revocatoria de mandato, que curiosamente es una de las propuestas del MAS para la nueva constitución. Pero para poder aplicar este procedimiento, tendrían que aprobar primero la Nueva Constitución y esto es lo que no quieren.
Desgraciadamente está es la situación que estamos viviendo y nadie sabe hasta donde podremos llegar, pues, con este manejo irregular de los medios de comunicación, vemos como la oposición va ganando cada día más apoyo, sobre todo entre las sectores populares de las ciudades, que carecen de formación y son fácilmente captados por este mensaje manipulador de la radio.
Una abraçada,
Pare Rafael Garcia Mora
Dimarts 27 de novembre de 2007, Sucre (Bolívia)"
Muchos de ustedes me han escrito estos días manifestando su preocupación por lo que está ocurriendo en Sucre. Agradezco muy sinceramente su interés, solidaridad y sobre todo las voces de ánimo que nos hacen llegar.
Ciertamente estamos viviendo momentos de mucha confusión. Este fin de semana hubo mucha violencia en Sucre. Como resultado de los enfrentamientos hubo tres estudiantes muertos y cerca de un centenar de heridos, de los cuales por lo menos cuatro siguen en la U.C.I. del Hospital. La gente incendió los cuarteles de la policía, el cuartel de transito, los bomberos e incluso alguna casa particular. La policía, con la intención de frenar la tensión, abandonó la ciudad, dejándola librada a su suerte, con un centenar de hambrientos convictos, que se fugaron de la cárcel. Por otra parte, la primera autoridad y prefectural se encuentra escondida, sin atreverse a dar la cara. Es así, que Sucre se ha convertido en una ciudad sin policía y sin autoridad.
Pasados los trágicos momentos del fin de semana, ahora la población trata de retornar a la calma. Desde el lunes los vecinos se organizaron para limpiar las calles y resguardar la seguridad ciudadana. Siempre he admirado la solidaridad y capacidad de organización de los bolivianos. Son sin duda estas cualidades, las que les han permitido surgir una y otra vez de las cenizas.
Pero ¿qué hay detrás de todo esta violencia? Según nuestro análisis, lo de Sucre ha sido una batalla más, orquestada por la oposición, para evitar el avance de la nueva constitución. El Gobierno necesita la nueva constitución, para dar legalidad a los cambios económicos y sociales que quiere implementar. Pero existe un sector conservador y con mucho poder, que no esta dispuesto a permitir ningún cambio. Esta lucha ha durado todo el año y zancadilla tras zancadilla han ido frenando la elaboración de la nueva constitución. Desde septiembre los constituyentes no podían sesionar, porque todo el tiempo eran objeto de ocupaciones, atropellos e incluso agresiones físicas. Finalmente el Gobierno decidió garantizar las reuniones y puso a disposición de los asambleístas, unas instalaciones al interior de un liceo militar, que se encuentra a las afueras de Sucre. En apoyo de esta iniciativa acudieron un gran número de indígenas, que se apostaron silenciosamente en las afueras del recinto.
La oposición utilizó el argumento de los indígenas y de la reunión en un recinto militar, para lanzar a la población a tomar las instalaciones militares. Lógicamente no pudieron llegar hasta el recinto, porque se lo impidió la policía, pero los constituyentes que se reunieron, que eran algo más de la mitad, se sintieron obligados a sesionar bajo la presión de los enfrentamientos. Finalmente, el domingo por la noche, los constituyentes lograron aprobar el marco de la nueva constitución, que la oposición ahora rechaza, por las condiciones en que fue elaborada.
La realidad es que hemos llegado en Bolivia a una situación de intolerancia muy grave. Una prueba de esta intolerancia la hemos vivido nosotros mismos. El domingo recibí la llamada de un informante, que me avisaba de que la turba estaba viniendo a quemar la Radio de ACLO. Afortunadamente pudimos para el golpe y no ocurrió nada. Pero hoy hemos aparecido en una lista pública como enemigos de la ciudad. La lista ha sido elaborada por el sector más ultraderechista del comité cívico, que no permite que haya gente que piense diferente a ellos. Un periodista de ACLO ha sido golpeado en la calle y dos más están amenazados de muerte. Estos son las tácticas que utilizan aquellos que acusan de antidemocrático al gobierno de Evo Morales y reclaman legalidad, libertad de expresión, etc.
La oposición utiliza muy bien los medios de comunicación para sus propósitos y son pocos medios los que no aceptan apoyar su discurso, porque son declarados enemigos, amenazados, etc. De esta manera la oposición puede difundir continuamente una información manipulada, cuyo mensaje, muchas veces racista, va preparando las condiciones para el enfrentamiento y el rechazo a Evo Morales, a quien llaman despectivamente, cocalero, macaco, indio de mierda o Lacayo de Chavez.
Su intención es ahora lograr la renuncia de Evo, pero, por lo que yo conozco del modo de ser aymará, esta renuncia no se dará, porque el concepto no existe entre los aymaras. Cuando un aymará acepta un cargo al servicio de la comunidad, lo acepta hasta las últimas consecuencias, incluyendo la entrega de su propia vida. La otra alternativa sería aplicar el referéndum para la revocatoria de mandato, que curiosamente es una de las propuestas del MAS para la nueva constitución. Pero para poder aplicar este procedimiento, tendrían que aprobar primero la Nueva Constitución y esto es lo que no quieren.
Desgraciadamente está es la situación que estamos viviendo y nadie sabe hasta donde podremos llegar, pues, con este manejo irregular de los medios de comunicación, vemos como la oposición va ganando cada día más apoyo, sobre todo entre las sectores populares de las ciudades, que carecen de formación y son fácilmente captados por este mensaje manipulador de la radio.
Una abraçada,
Pare Rafael Garcia Mora
Dimarts 27 de novembre de 2007, Sucre (Bolívia)"